Antecedente:
Tirso de Molina - El burlador de Sevilla o Convidado de piedra.
Molière - Dom Juan ou le festin de pierre
Trascendencia:
José Zorrilla - Don Juan Tenorio
Mozart - Don Giovanni
Baudelaire:
Don Juan en los Infiernos
Cuando pasó Don Juan las aguas subterráneas
y a Caronte pagó el obligado óbolo,
una sombra mendiga, ojos fieros de Antístenes,
con brazos vengativos empuñó los dos remos.
Mostrándole sus senos pendientes, sus vestidos
abiertos, mujeres agitadas en negro firmamento
como una gran manada de ofrecidas víctimas
con un largo mugido detrás de él arrastrábanse.
Sganarelle riéndose le reclamaba el pago,
en tanto que Don Luis con un trémulo dedo
mostraba a todo muerto que erraba en la ribera
aquel cínico hijo que burlara sus canas.
Tiritando en su luto, la casta y magra Elvira,
tan cerca de ese pérfido que fuera esposo, amante,
aún le reclamaba la suprema sonrisa
donde brillara, dulce, la promesa lejana.
En su armadura rígido, un gigante de piedra
la nave timoneaba y hendía la onda negra.
Pero el héroe, impávido, apoyado en su estoque,
la estela contemplaba sin dignarse a ver nada.
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